martes

La Rivera Turca -o adonde no debes ir si no hablas alemán-

Buscando vacaciones cortas, calurosas y baratas, fue como un lunes de agosto salí de Múnich en vuelo a Antalya -3 horas- con destino final Side -donde estaba mi hotel-, en el suroeste de Turquía.

En Side, bajo el Templo de Apolo, agosto 2014.

Desde casa ya me había informado leyendo opiniones de otros europeos que protestaban porque en tal o cual hotel hablaban solamente en alemán y lo primero que pensé fue en quedarme en uno de esos hoteles para no tener problemas con el idioma.
Llegué bien entrada la noche, me recogieron en el aeropuerto y unos 50 minutos después estábamos entrando en Side. Por un instante me pregunté dónde estaba realmente. Las Vegas sobre el Mediterráneo? Hoteles gigantescos iluminados y decorados al mejor estilo de los casinos de la famosa ciudad en Nevada. Una maravilla de luces de colores, colosos construídos solo para vacacionar... Con el pasar de los días fuí sumando información: unos 12.000 habitantes (que no pude ver dónde vivían, por lo que deduje que todos se dedicaban a la hotelería y/o al comercio y que ahí mismo deberían vivir), un total aproximado de 260 hoteles, de los cuales 106! de 4 y 5 estrellas -esos monstruos gigantes de formas extravagantes-.
En las tres ciudades que visité, Side, Antalya y Manavgat, el idioma alemán no era sólo el hablado, sino que la mayoría de los comercios tenían anuncios en alemán, precios solamente en euros, turistas europeos de habla alemán: austríacos, suizos, belgas y holandeses. Y turcos que viven en Alemania. El llamado turismo "barato": hoteles de 5 estrellas, "all inclusive", la familia completa. O parejas, o madres solas con niños. Si ya has visto cuántos alemanes van a Mallorca de vacaciones y el tipo gente que va allí, se podría decir que la Rivera Turca es para Turquía lo que Mallorca para España  -turísticamente hablando!- Y bueno, una cosa es seguro: donde hay turismo alemán, hay ciudades limpias. No porque ellos las dejen limpias, sino que las limpian para ellos...


Por las callecitas de Side, Turquía.

El euro está ya "listo" para la entrada de Turquía en la Unión Europea -sea en 2, 10 o 20 años, o nunca, o la próxima semana-. Cuando compras algo y lo quieres pagar en liras turcas, como me pasó, el vendedor sacará su calculadora portátil para hacer la conversión. Realmente ridículo. En el único lugar que he visto los precios en liras fue en los supermercados, igualmente al llegar a la caja te preguntan si vas a pagar en euros...

Dulces para elegir...

A pesar de los entre 38 y 40 grados de calor, tomé dos excursiones -para conocer y para alejarme un poco de la playa-. Cataratas a visitar -"a la turca" supongo, de tamaño reducido-, shopping ahí donde lo que no es falsificado es igual de caro que en cualquier gran ciudad europea, un paseo en barco por el río Manavgat Nehri. Nada que valiera la pena, excepto las ruinas romanas del anfiteatro y de la parte antigua de Side. La única ventaja estaba en las farmacias: los medicamentos que en Alemania requieren receta médica, están en venta libre -Viagra incluída, té de Viagra también- y a muy bajo precio (no te molestes en preguntar, no compré Viagra. Hubiese sido un regalo de muy mal gusto...)

???

Lo mejor que saqué de este paseo vino a través de uno de los guías de la primera excursión que hice: apenas subidos al bus, aclaró que no respondería ninguna pregunta de tipo político. Y, para mi sorpresa, habló mucho de religión. Nos contó que sus padres vivían desde siempre donde él mismo había nacido: en Anatolia Central, y que eran analfabetos. Solo él de tres hermanos había dejado la ciudad paterna y estudiado en Alemania. "Mis padres, dijo, nunca han podido leer el Corán, y lo que saben y repiten, es lo que sus mayores les han contado. Por una epidemia provocada por comer carne de cerdo -siglos atrás- y que llevó a la muerte a miles de musulmanes, se aconsejó no comer esa carne. Para mis padres -siguió- ese consejo es prohibición y aún así cuando yo les he leído el Corán, ellos lo siguen interpretando como les han enseñado, como lo han aprendido. Y como ellos millones de musulmanes. O cultos o ignorantes, nadie quiere formarse otra idea, ni ser el primero en afirmar que el libro sagrado no lo prohíbe, sino que lo aconseja".
Siguiendo con las palabras del libro, y tocando el tema sobre las mezquitas que se quieren construír en Alemania, se preguntaba él -nuestro guía turco- el por qué de necesitar una mezquita para orar. El Corán dice que se debe orar unas cinco veces al día y que para ello se debe estar limpio de cuerpo. "Las mezquitas no existían cuando el libro fue escrito, pero mis padres y los musulmanes aseguran que se debe orar en una mezquita. Cuando se escribió la Biblia no existían las iglesias, necesitamos una iglesia para rezar/orar?" Sabias palabras, pensé. Concluyó: "el Corán dice que hombres y mujeres deben cubrir sus partes impúdicas. Debemos pensar que la cabeza de una mujer es una parte impúdica de su cuerpo? O los tobillos? Mis padres así lo afirman, porque según ellos, lo dice el libro sagrado. Les han contado sus padres, a ellos los suyos y así por generaciones".
Partes impúdicas en la Turquía profunda, sobre el mediterráneo turco impera otra vestimenta, práctica y adecuada a las altas temperaturas: mujeres jóvenes, adolescentes y niñas con minifaldas, minishorts, vestidos playeros. Cosa que tampoco dejó de sorprenderme. Turquía, una república democrática desde 1923, oficialmente laica, con un 99% de población musulmana, que se animó a  prohibir el idioma árabe para imponer el turco. Y opinión personal: los turcos en general no son necesariamente simpáticos...

Esculturas de arena en Sand City, en Antalya.

Sand City, en Antalya.

El puerto de Side.

Dejando Side hacia la playa.

La ciudad de Antalya al fondo.

Los restos del Templo de Apolo en Side.




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